miércoles, 3 de marzo de 2010

Paz en medio de la tormenta.















Vivimos en una sociedad sin paz. Por donde veamos es un bien muy escaso y nosotros mismos en nuestra lucha diaria vemos que la paz muchas veces se nos escurre como agua entre los dedos en algunas áreas.


Sabemos que los judíos al saludarse usan la palabra: “Shalom”. Y el idioma hebreo es tan rico que mas allá del significado de “paz”, significa también “ser prospero, ser feliz, estar completo, estar sano”.


La paz de Dios es algo sobrenatural que desafía la lógica de las cosas y como hombres y mujeres de Dios no es pecado ante situaciones difíciles momentáneamente perder la paz. Nuestro Señor en el Getsemaní, ante la inminencia de su muerte en la cruz, perdió la paz y su alma se angustió pero cuando manifestó con su boca que estaba dispuesto a seguir la voluntad del Padre, la paz brotó de nuevo en su corazón y se encamino a la muerte para darnos a nosotros vida.


Todos tenemos a disposición esa paz que sobrepasa todo entendimiento y la clave, como dice
la Biblia es que esa completa paz se logra cuando nuestros pensamientos perseveran en El, cuando nuestras palabras y pensamientos se anclan en la fe y no en las circunstancias. Tenemos la victoria siempre porque la victoria es tener fe.

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