1) Los problemas tienen voz y esa voz es negativa, por eso nosotros debemos pronunciar palabras de fe para contrarrestar lo negativo y por eso nunca la fe se va a alinear con el problema, sino que lo va a desafiar y lo va a superar en el Nombre de Jesús.
2) Debemos cambiar la forma de resolver los problemas, quizás nos sirvió en el pasado pero Dios nos quiere dar nuevas formas, estrategias. Ríos en el desierto son sorprendentes maneras de resolverlos.
3) Cuando le presentaron a Jesús un ciego, le preguntaban porque estaba así, si por pecado de el o de sus padres y El respondió: ni por lo uno ni por lo otro sino para que se vea la gloria de Dios. Y para los problemas que solo El puede solucionar, esta es nuestra esperanza.
4) Cuanto mas relajados estemos, mas nos va a hablar el Señor y nos dará la perspectiva exacta de cómo encararlos. El Señor rara vez le habla a nuestras emociones y nunca si nos presentamos como victimas, sino a nuestro espíritu y cuando nos acercamos en fe.
5) La actitud durante la espera es fundamental. La mujer de Proverbios “se reía de lo por venir”. Es decir, descansaba en el Señor, se ocupaba de los problemas pero su confianza estaba depositada en el Señor que tiene cuidado de nosotros.
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