Durante muchos años la religión nos enseñó equivocadamente que dar testimonio era portarse bien, no decir malas palabras, dar la otra mejilla, pero eso no es testimonio.
Testimonio en
Los discípulos ante la presencia cercana del Señor como cuando El multiplicó los panes y los peces y alimentó 15000 personas, dudaban y su fe era prácticamente invisible, aun así, con esa fe imperfecta, pequeña como un grano de mostaza, los milagros sucedían. Este es un tiempo de conocerlo mas, de jugarnos por El y pelear por nuestro país, por nuestros sueños, por nuestra familia, por nuestra ciudad y como cantaba Diego Torres: “saber que se puede”, que el milagro que estamos necesitando lo podemos alcanzar y que nuestro Dios es un Dios de imposibles y de un amor ilimitado para sus Hijos, los que amamos su Presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario