miércoles, 16 de junio de 2010


Que gran misterio la Trinidad. Dios en tres personas pero son uno pero son tres…. Y el manual que nos dice que hay que orarle al Padre en nombre del Hijo por medio del Espíritu Santo… Pero en la práctica los mezclamos, le oramos a los tres, sabiendo que al menos alguno de ellos nos va a oír….


Y la importancia de que la personalidad única y grandiosa de cada uno de los integrantes de la Trinidad la podamos vivenciar y disfrutar lo explicita Pablo cuando en 2 Cor 13:14 al despedirse de los corintios los menciona. El dice que la gracia de Jesús, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu este con ellos. Que nos dice este pasaje. Que tanto la gracia de Jesús, su favor, su perfume en nuestra vida y el amor de Papa Dios que nos abraza y llena son dones, regalos que debemos agradecer pero que para alcanzarlos no necesitamos hacer ningún esfuerzo, esta en su esencia.



Pero la comunión del Espíritu Santo, aunque el acceso es también sin cargo con el solo expediente de ser hijos de Dios, la intimidad, el tiempo para conocerlo, para estar a su lado, estar en su secreto tiene un esfuerzo nuestro, un costo, un precio. Nunca un sacrificio porque hubo un solo sacrificio y lo pago Jesús en la cruz pero si una actitud de búsqueda que nada lo puede reemplazar, ni asistir a la iglesia, dar ofrenda o leer la Biblia, es pasar tiempo con el Amado de nuestra alma para que nuestra vida cobre sentido cada día, se vuelva emocionante y podamos experimentar su guía.

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