miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Fracasos o simples anéctotas?

En el largo camino del éxito nos encontramos muchas veces con muchos fracasos en donde el desaliento y los deseos de tirar la toalla y sentirnos victimas son fuertes. Pero en realidad, ¿son fracasos o solamente futuras anécdotas que contaremos a nuestros hijos, nietos o amigos de como nos llevaron a cumplir nuestros sueños?. Miren la vida de José, aparentemente fue un fracaso entrar en la carcel, ¿quién lo podría considerar un exito?. Pero si no hubiera pasado por ese "supuesto fracaso", no hubiera contactado con la persona correcta que lo hizo llegar al faraón y por el llegar a cumplir su sueño.

De José se dice en Salmo 105:19: "hasta que se cumplió lo que él predijo y la palabra del Señor probó que él era veraz". ¿No tuvo que haberse escrito "lo que él soño" y no "lo que él predijo"?. No es un error de la Biblia, es que él le puso su nombre a su sueño, lo confeso hecho con la fuerza de sus palabras y no se detuvo a pesar de todo lo que se interpuso en su camino hasta verlo concretado.

Sellemos cada promesa con nuestro nombre y que sean nuestra guía toda vez que los vientos de las circunstancias externas quieran apartarnos del camino de la prosperidad integral, de la paz y de su presencia plena en nuestras vidas.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Nuestra fe nos impulsa a conquistar los imposibles!


Durante muchos años la religión nos enseñó equivocadamente que dar testimonio era portarse bien, no decir malas palabras, dar la otra mejilla, pero eso no es testimonio.


Testimonio en la Biblia, es que le muestres al mundo que tu fe conquistó los imposibles. Vemos en Hebreos 11 el listado de los que conquistaron para Dios, mas que un relato de lo que Dios hizo por ellos. Tenemos en esa lista gente imperfecta; asesinos como David, mentirosos como Abraham, una prostituta como Rahab o un mujeriego sin cabeza como Sansón pero a pesar de sus debilidades, todos conquistaron, todos fueron mas allá de la media, de lo lógico, de lo que se esperaba de ellos, todos transformaron atmósferas. El Señor siempre mira nuestros corazones, y no nos juzga como los hombres sino que ve más allá del envoltorio y nuestros errores.


Los discípulos ante la presencia cercana del Señor como cuando El multiplicó los panes y los peces y alimentó 15000 personas, dudaban y su fe era prácticamente invisible, aun así, con esa fe imperfecta, pequeña como un grano de mostaza, los milagros sucedían. Este es un tiempo de conocerlo mas, de jugarnos por El y pelear por nuestro país, por nuestros sueños, por nuestra familia, por nuestra ciudad y como cantaba Diego Torres: “saber que se puede”, que el milagro que estamos necesitando lo podemos alcanzar y que nuestro Dios es un Dios de imposibles y de un amor ilimitado para sus Hijos, los que amamos su Presencia.